La extraña forma de las hojas anchas y horadadas de esta espectacular planta originaria de México y Guatemala, su apariencia atípica, monstruosa, hizo que Adanson la rebautizara, en 1763, con el nombre científico Monstera deliciosa, el monstruo delicioso. Sus frutos, de geométrica belleza hexagonal, son exquisitos y sagrados para varias culturas de la América precolombina originarias de la zona donde esta semitrepadora crece, entre ellas la maya, la mexica y la tupí guaraní. La costilla de Adán se encuentra representada en el Real Alcázar con bellos ejemplares, especialmente en el llamado Jardín Inglés donde crece trepando por árboles y murallas; o en el Jardín de los Poetas, donde “praderas” compuestas de esta especie se extienden bajo la sombra de los naranjos.