Autóctono de la costa mediterránea, desde la Península Ibérica hasta Asia Menor, incluyendo sur del Cáucaso y litoral sur del Caspio, y del Magreb, de Túnez a Marruecos, su nombre científico es casi una traducción del vernáculo: Fraxinus es el nombre latino del fresno, mientras angustifolia significa "de hoja estrecha".

De rápido crecimiento y profusa floración, es un árbol habitual en los bosques de galería en las riberas de los ríos y arroyos, pues gusta de la humedad y el frescor. En algunas zonas del centro de la Península Ibérica sobreviven algunas dehesas de fresnos, pero donde llega a formar fresnedas es en algunas zonas de ribera, aunque siempre acompañado de otros árboles como chopos, alisos, olmos, álamos o sauces, pues no genera sombras densas y permite la presencia de multitud de otras plantas. Un paisaje que bien pudieron contemplar las naos de Magallanes cuando descendieron desde Sevilla a Sanlúcar de Barrameda para dar comienzo a su periplo.